Sergio, como el mar, viene y se va
A todos nos puede pasar esto, me digo. Mayormente nuestro ego trata de protegernos y nos hace creer que somos especiales, pensé: "él no podría hacerme eso", pero por supuesto que puede (y pudo). Cada humano es tan minúsculo y cada uno cree que es especial, pero la vida nos enseña que no significamos mucho, nuestras decisiones hieren y lastiman a otros y a pesar de eso logramos perdonarnos a nosotros mismos siguiendo adelante. Es más difícil cuando eres la persona a la que hirieron, porque aunque es necesario que como adultos nos hagamos cargo de nuestras propias emociones y traumas, es injusto tener que cargar con todo este peso. Lo más sano, me dice mi mente sabia, es enfocarme sólo en mi proceso, a veces muy triste, a veces muy enojada, resentida, vengativa, nostálgica, sobretodo adolorida y con mucho miedo. Miedo de que en mis relaciones futuras me sea más difícil confiar, miedo de estar alerta y buscar señales de que me traicionarán. La única expectativa que pongo en mí